El estanquero de Brooklyn
Todos los días, a las 8 de la mañana, Auggie Wren (Harvey Keitel) planta su cámara de fotos en la puerta de su estanco y hace la misma foto. Cada día, con el mismo ángulo y a la misma hora exactamente. Cuando le enseña las fotos a su amigo Paul Benjamin (William Hurt), Auggie le recrimina que las está viendo demasiado deprisa (“Para entenderlas hay que ir más despacio”). Paul, sorprendido, le contesta: “pero si son todas iguales”, y lo que Auggie le responde encierra muchas de las claves de esta película: “son todas iguales, pero son todas distintas”. Y es que cuando podemos ver algunas de las fotos del álbum, vemos que todas tienen algo especial, que es un trabajo minucioso, el trabajo de su vida, como él dice. Distintas personas, distinta luz, distinta meteorología, distintos estados de ánimo, distintas sensaciones… Todas iguales, pero todas distintas.
Todos los días, a las 8 de la mañana, Auggie Wren (Harvey Keitel) planta su cámara de fotos en la puerta de su estanco y hace la misma foto. Cada día, con el mismo ángulo y a la misma hora exactamente. Cuando le enseña las fotos a su amigo Paul Benjamin (William Hurt), Auggie le recrimina que las está viendo demasiado deprisa (“Para entenderlas hay que ir más despacio”). Paul, sorprendido, le contesta: “pero si son todas iguales”, y lo que Auggie le responde encierra muchas de las claves de esta película: “son todas iguales, pero son todas distintas”. Y es que cuando podemos ver algunas de las fotos del álbum, vemos que todas tienen algo especial, que es un trabajo minucioso, el trabajo de su vida, como él dice. Distintas personas, distinta luz, distinta meteorología, distintos estados de ánimo, distintas sensaciones… Todas iguales, pero todas distintas.


